Michael Mills
Associate Dean, University of Central Arkansas College of Education
Arkansas, United States
Por favor, preséntate.
Soy Michael Mills, decano adjunto del College of Education de la University of Central Arkansas. Llevo 12 años trabajando en la formación de profesorado con la universidad, pero antes era docente a tiempo completo, así que tengo las dos perspectivas, la de director y la de profesor.
Nuestra universidad empezó siendo una facultad de magisterio, así que llevamos la enseñanza en el ADN. Damos mucha importancia a la innovación tecnológica, ya que la gran mayoría de nuestros cursos se imparten a través de internet. En 2016, buscábamos una tecnología que nos permitiera orientar nuestra enseñanza hacia un aprendizaje más interactivo y participativo, y el iPad lo tenía todo. Yo coordiné la iniciativa de aprendizaje móvil de la universidad, y cada alumno y profesor de la facultad recibió un iPad.
¿Cómo te permitió este enfoque ayudar a los profesores que se mostraban más reacios a probar nuevas tecnologías?
Cuando pusimos en marcha los dispositivos de uso individual, nos aseguramos que todo el mundo podía aprender en un lugar seguro desde el punto de vista psicológico. Pensemos en la seguridad psicológica como el fallo productivo. Tanto profesores como alumnos deben tener un espacio donde puedan equivocarse, repetir y tener ideas que quizá no vayan a ninguna parte.
Muchas veces, los docentes quieren controlar a sus estudiantes en el aula de la misma forma en la que los hacían sus profesores cuando eran pequeños. Cuando se introduce un iPad, se crea esa especie de factor X que hace que los profesores no puedan predecir cómo acabará la clase. La mayoría de las veces, nuestro equipo docente temía más al criterio de sus estudiantes que al del equipo directivo. Como responsables, debemos responder a estos temores con ánimo y decirles: «Si no sale bien, ¡no pasa nada! Sigue intentándolo. Tus estudiantes sabrán apreciar que te hayas arriesgado».
Queremos asegurarnos de que nuestras clases y las de nuestros futuros estudiantes tengan margen para experimentar el fracaso y el progreso. Recuerdo que una profesora me dijo que le gustaría probar algo nuevo. Le mostré algunas apps en el iPad, pero también la animé a que las descubriera por sí misma. Las aplicaciones que acabó probando eran bastante sencillas, pero no la juzgué. Siempre que podía, le decía lo genial que era que siguiera adelante. El semestre pasado me contó que había empezado a pedir a sus alumnos que crearan libros interactivos con Pages en el iPad. El hecho de que diseñara por su cuenta una tarea creativa para ayudar a sus estudiantes a pensar de forma crítica fue una auténtica victoria.
Para ti, ¿cómo se impulsa verdaderamente la enseñanza?
De lo que me he dado cuenta en mis 29 años de docencia es de que, si se cerraran todas las instituciones de enseñanza superior, la gente seguiría aprendiendo lo que quisiera aprender. Hoy en día, vivimos en un mundo digital con capacidad para conectar con cualquiera. En la educación, no necesitamos a alguien que esté delante de nosotros todo el tiempo para contarnos hechos e información. Necesitamos a alguien que nos dé un contexto y un propósito. Nosotros, como docentes formales y responsables educativos, debemos ser más interesantes y mejores comunicadores pedagógicos. De lo contrario, no tendremos nada que hacer. Y no pasa nada, porque lo único que importa es que los estudiantes aprendan lo que necesitan para tener éxito.
Nuestra forma de enseñar debe estar directamente relacionada con cómo queremos que se aprenda.
Nuestra forma de enseñar debe estar directamente relacionada con cómo queremos que se aprenda.
Para mí, impulsar la enseñanza significa hacer que las tareas sean más creativas para dar voz a los estudiantes. Lo que se evalúa debe estar claro, pero hay que dar a los alumnos opciones abiertas sobre lo que pueden entregar: un vídeo, un libro interactivo, un podcast... En una situación ideal, un estudiante no mira las opciones y se pregunta: «¿Cuál es la más fácil? ¿Cuál puede ayudarme a hacer ChatGPT?». Sino que se plantea: «¿Cómo me quiero expresar?» Un docente de otra facultad se quejó de ChatGPT y le dije: «¡Pues deja de pedir redacciones!». Si les pido a los alumnos que escriban redacciones todo el tiempo, ¿cómo les voy a culpar de usar ChatGPT?
Tres de cada cuatro profesores coinciden en que los estudiantes aprenden más cuando pueden expresar de manera creativa lo que saben.
Tres de cada cuatro profesores coinciden en que los estudiantes aprenden más cuando pueden expresar de manera creativa lo que saben.Uno nuestros profesores imparte un curso de evaluación en el aula. En sus clases, sus alumnos usan Pages y Keynote para crear y presentar cinco tipos diferentes de trabajos evaluables, y es genial. Nos hemos dado cuenta de que, cuando los alumnos se alejan de los tradicionales exámenes de tipo test, empiezan a diseñar evaluaciones centradas en procesos utilizando el iPad. Son más creativos, utilizan más imágenes y se interesan por participar en debates o lluvias de ideas.
Queremos que los estudiantes aprendan rápido, pero también que se tomen el tiempo necesario para ser inclusivos a la hora de dirigirse al público. Cuando ponemos la tecnología en sus manos, vemos que no solo innovan, sino que también se abren y muestran su compromiso con la equidad y la inclusión. Y el iPad y el Mac se lo pusieron muy fácil. Por ejemplo, con el iPad, pueden crear un vídeo con anotaciones en Clips y poner subtítulos para las personas con problemas de audición. Incorporan la inclusión desde el principio.
Para mí, lo esencial es alejarse del sistema de evaluación tradicional. Necesitamos vídeos. Necesitamos creatividad. Necesitamos oír la voz de los estudiantes. La única forma de tener evaluaciones creativas es utilizar algún tipo de recurso creativo y por eso me encanta el iPad.
¿Qué consejo le darías a los directores de centros educativos que quieran seguir impulsando a sus docentes?
Yo les diría que, primero, analizaran cuánto están aprovechando de verdad las clases sus alumnos. ¿Se está evaluando a todos los estudiantes en función de sus necesidades? No a todos los estudiantes se les dan bien los exámenes tipo test. Algunos prefieren que se les entreviste, dibujar o grabar un vídeo. Se trata de un cambio de mentalidad para el profesorado. Y no existe un botón mágico. Es algo que lleva tiempo porque los docentes tienen que lidiar con las incomodidades. En muchos sentidos, al principio resulta desalentador (yo también me sentí así) darse cuenta de que no están educando a todo el mundo igual.
Los equipos directivos deben tratar de crear entornos que tengan margen para el fallo productivo y la seguridad psicológica. En lugar de decir a los docentes que están equivocados, deben considerar la posibilidad de decirles: «Lo que estás haciendo ahora mismo es increíble. ¿Y si hicieras un pequeño cambio para llegar a más gente? ¿Y si añadieras notas o pies de foto aquí?»
Así que el primer pasito es analizar y hablar con honestidad con los docentes. Después, podrán ofrecer a los estudiantes más oportunidades de expresarse y ser auténticos. Y entonces empezaremos a ver lo que es la verdadera autenticidad en el aprendizaje.